Día Mundial por la REDUCCION DE EMISIONES de CO2
Escrito por Carlos GALANO (*)
El fenómeno de la Emisiones y sus efectos como Calentamiento global y Cambio Climático adquiere visibilidad durante la segunda mitad del siglo XX- En realidad lo que se hace visible, con la diafanidad de lo inocultable es la Crisis Ambiental, cuyas primeras grafías comienzan a escribirse en Estocolmo y con la difusión de Los límites del Crecimiento, en 1972. Desde ese momento la cuestión ambiental será abordada a través de Cumbres convocada por Naciones Unidas, y por múltiples caminos académicos, políticos y económicos. Estas Cumbres se autoimpusieron el delirio de una búsqueda esencial, escritas con las gramáticas de la lógica dominante, por lo que su único sitio posible de arribo ha sido siempre el puerto de los náufragos.
La cuestión de las Emisiones de Gases CO” originaron encuentros Acuerdos, puesta en Marcha de Mecanismo de Desrrrollo Limpio, los RRDD, Protocolo de Kyoto, Declaración de los Pueblo Indígenas, Etc,etc,etc.
Más a pesar de todo esto, nada es suficiente mientras no se reconozca que el Tema de las Emsiones es parte de la Crisis Ambiental, Crisis Civilizatoria, Crisis de un Modelo de Conocimiento. La concentración en la atmósfera de gases que provocan el efecto invernadero ha aumentado sustancialmente desde el comienzo de la revolución industrial (un 37 % en los últimos 200 años). La concentración preindustrial era de 280 ppm (partes por millón) mientras en 2008 fue de 390 ppm, y si no dejamos de emitir estos gases, va camino a las 600 durante este siglo XXI, mientras en el último millón de años – hasta 1960, la concentración de CO2 en la atmósfera nunca superó las 310 ppm. Las 600 ppm no se han alcanzado en el planeta desde hace 18 millones de años, mientras la variación de CO2 no ha superado aproximadamente 10% en el planeta durante los últimos 10.000 años.
Pero, la precaria situación del planeta en la actualidad no es culpa del 80% de la población mundial, que vivimos en condiciones de pobreza, sino está causado directa y principalmente por los modelos de desarrollo y consumo irresponsable desde la época industrial de la llamada civilización occidental, especialmente en la aceleración y derroche impuesto en la fase Neoliberal. La sed de ganancia sin límites, la búsqueda de lujo, ostentación y derroche 20% más enriquecida de la población mientras millones mueren de hambre en el mundo, nos ha hecho a todos depender totalmente del consumo excesivo de los recursos del planeta, convirtiendo a todo en mercancía y expuesto a la sobreexplotación tanto de los bosques, la flora y la fauna, el agua, la tierra, el genoma humano y la vida misma como los minerales y los combustibles fósiles (carbón, gas y petróleo), que son los mayores causantes de las emisiones globales de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Desde 1860, Europa y Norteamérica han contribuido con el 70 % de emisiones de CO2. Los países empobrecidos con un 25 %.
Declaraba Keynes en 1933: «El decadente capitalismo internacional, individualista, en cuyas manos nos encontramos después de la guerra no es inteligente, no es bello, no es justo, no es virtuoso y no satisface las necesidades. En resumen, nos desagrada y comenzamos a despreciarlo. Pero cuando buscamos con qué reemplazarlo, nos miramos extremadamente confusos». Setenta y siete años después de esas palabras los dueños del poder siguen con idénticas incógnitas.
“Sabemos que un mundo que se deja hechizar por los síntomas e ignora el contexto (sea en la ciencia o en la política), que entiende la vida en términos de genes y la libertad en términos de dinero, es un mundo enfermo y sin futuro. Sabemos que un mundo devoto de la religión del Progreso, con su Trinidad de Ciencia (Padre inescrutable y omnisciente), Tecnología (Hijo que nos acerca a la Salvación), y Mercado (Espíritu Santo que sopla cuando y donde quiere) es un mundo tan iluso como insostenible. Más vale saberlo, porque quienes no lo sepan se hundirán en él. (Jordi)
(*) Docente de Posgrado en la Universidad Nacional de Rosario , Investigador, escritor, unos de los más destacados pensadores de los saberes ambientales de Latinoamerica.