Monte Ribereño: Inspección Ocular de la Justicia

Imagen tomada durante inspección: zona del monte enterrada por el refulado (residuo) del dragado. Foto: Marcelo Somerson.
Recordemos que la semana pasada el Juzgado 4 de La Plata citó a una audiencia de partes a la empresa responsable de los Trabajos, a las autoridades portuarias, al defensor del pueblo y a representantes de las ONG`s nuevo ambiente, biosfera y la Fundación Agronegocios y alimentos de la UBA conjuntamente con los quinteros de la Isla a fin de abordar la problemática y atento al recurso de Amparo que figura en el mencionado juzgado. En esa audiencia es que surge la inspección ocular para observar in situ lo que está ocurriendo.
En el caso de las ONG`s   Nuevo Ambiente y Biosfera  intervienen en la causa bajo la figura  denominada  AMIGOS DEL TRIBUNAL (amicus curiae), y el fin de la misma es aportar elementos de hecho y de derecho útiles para la consideración del juzgado,  entiendo como  trascendentes para la decisión del caso, entendiendo que se debaten asuntos que resultan de interés público y relevancia en la protección y cuidado del medio ambiente.
La recorrida se realizó sobre los taludes construidos para retener los sedimentos que son depositados y que se denominan recintos, el lugar – manifestaron los representantes de las ONG`s – está devastado por la acción de la disposición final del refulado (residuo) del dragado y la vegetación quedó enterrada por lo que es irreversible el daño ambiental provocado.
Desde las ONG`s seguimos insistiendo que existen alternativas ambientalmente sustentables en cuanto a la disposición final de los barros y no era precisamente el haberlos volcado en la Isla Paulino, ya que las Islas y el Monte Ribereño son considerados como un Paisaje Protegido mediante Ley Provincial y por otro lado es un importante humedal que cumple funciones importantÃsimas para la Región por la rica biodiversidad que posee.
La inspección se realizó por tierra, recorriendo la Isla Paulino y la zona afectada, y mientras se realizaba el traslado también se recorrió zonas crÃticas, según consideraciones de las ONG`s, atento que se está arrojando más de 1.000.000 de litros de agua salada por dÃa sobre el canal Saladero en Berisso a escasos 100 metros del RÃo Santiago lo que constituye un deterioro importante para el ecosistema, según los lugareños ya se ha perdido el primer eslabón alimentario de los peses por el vertido del agua salada al RÃo, según datos y muestras que realizan los pobladores el nivel de pH es entre 8 y 9 en esa zona.
A todo ello se prevee la pèrdida de unas 50 hectà reas màs en el sector continental de Berisso y que el OPDS habrìa aprobado, lo que significarà la perdida totas de umas de 100 hectareas.
La visita seguramente le aporte una visión importante a la jueza – expresaron desde las ONG`s – y también hay que rescatar la actitud y predisposición del juzgado al trasladarse y conocer in situ la problemática dando participación a todas las partes por lo que debe destacarse esa labor.
Pérdida irreparable de especies nativas
Entre la flora y especies nativas del Monte y que gran parte de ella se está perdiendo gracias a la depredadora acción innecesaria de las autoridades provinciales podemos mencionar la presencia de cortaderas, tÃpicas en la zona, algodonillo, rosa del rÃo y sarandÃes, laurel criollo, chal chal, lecherón, canelón, anacahuita.  Como asà también ceibales y el curupàson los fieles representantes de árboles de la flora nativa, sumado a imponente presencia de enredaderas apoyantes y trepadoras tÃpicas de las zonas tropicales, la presencia de madre selva, y el denominado cabello de ángel. Según algunos informes de especialistas, la imponente presencia de pajonales  se encuentran libres de la presencia de especies exóticas invasoras, por lo que adquieren relevancia desde el punto de vista de la conservación ambiental.
A todo ello debemos sumar la pérdida de especies de mamÃferos que son tÃpicas en esta zona de monte ribereño como asà también ya no se avistan algunas especies de aves que eran frecuentes observar en la zona, sumado a peces que sufrieron las consecuencias del dragado y del vertido continuo de agua salada sobre el Canal Saladero proveniente de la construcción del Puerto de Contenedores.