CARTA ABIERTA de Médicos Pedriátras sobre Mega Minería

imágen aèrea de la extracción minera a cielo abierto en Andalgalá
En las últimas horas ha sido difundida la Carta Abierta confeccionada por Médicos del Sur de nuestro paìs, la cual transcribimos:
Pediatras del Area Sanitaria Noroeste del Chubut , miembros de la Sociedad Argentina de Pediatría , sede Esquel y el Servicio de Pediatría y Neonatología del Hospital Zonal de Esquel, en virtud del rol que desempeñamos como parte del equipo de salud y en general de todos aquellos colectivos que se ocupan de preservar , promover, asistir en el cuidado , la educación y la salud de los niños, niñas y adolescentes de nuestra ciudad y su área de influencia, nos vemos en la necesidad y obligación profesional de expresar nuestra posición respecto de la posible instalación de la Megaminería Extractiva en la región Noroeste del Chubut, tanto en zonas de la meseta como en las regiones cordilleranas, incluyendo nuestro ejido municipal.
La minería extractiva ha desarrollado en las últimas décadas tecnologías que le permiten obtener metales de valor comercial elevado de sustratos rocosos con muy baja concentración metalífera, lo que implica en todos los casos la afectación de áreas muy extensas de territorio, la puesta en práctica de procesos químico-industriales a gran escala, con el uso masivo de agua y sustancias químicas peligrosas, así como la producción de enormes cantidades de “residuos minerales estériles” previos a las fases químicas, y de residuos tóxicos posteriores a la misma.
Si bien toda actividad humana produce un impacto en el ambiente, algunas como la Megaminería metalífera extractiva , son de tales dimensiones que la afectación ambiental tanto en las fases de exploración, las de explotación como en las posteriores al cierre de la mina, se cuentan entre las de más intensas y persistentes que se conozcan. Estos impactos no son negados ni siquiera por las mismas empresas de megaminería , las que obviamente proponen tareas de remediación o minimización de riesgos que hasta ahora y por los antecedentes mundiales conocidos, son de muy escasa y dudosa efectividad y casi en todos los casos implican que los estados, o sea las mismas poblaciones afectadas, deben pagar por esas tareas para evitar la extensión de los daños producidos ya que no para lograr una “restitutio ad initio”, que hasta la actualidad no ha sido cumplida por ninguna empresa minera.
Debemos aclarar que como trabajadores de la salud consideramos como ambiente todos los aspectos geográficos, químicos, físicos , biológicos, sociales, económicos y culturales en donde los seres humanos en general, pero muy especialmente los niños , niñas y adolescentes se gestan, nacen , crecen y desarrollan.
Creemos por lo tanto que es de suma importancia y de responsabilidad fijar nuestra posición respecto al tema en cuestión y llamar la atención sobre algunos puntos específicos que atañen a nuestra tarea como médicos y médicas pediatras, ya que parte esencial de ella es ocuparnos de la prevención de los problemas sanitarios, y no sólo asistir a las personas cuando ellos ya se han producido.
Respecto al tema del riesgo sobre la salud que la alteración del ambiente natural que tales emprendimientos conllevan, debemos señalar en primer término que el ser humano en gestación, y durante toda su etapa de crecimiento y desarrollo infanto juvenil, tiene una vulnerabilidad muy superior a la que presenta en su etapa adulta, lo que obliga a extremar las precauciones sobre estos potenciales daños.
En el caso de las iniciativas megamineras en nuestra región, hay una serie de problemas que son a nuestro entender de grandes proporciones y que no existen garantías de poder controlar su peligrosidad o de revertir sus consecuencias.
Enumeraremos un número limitado de los mismos que analizaremos en detalle, no porque sean los únicos a observar, sino porque desde nuestra perspectiva médica y pediátrica consideramos suficientes para sustentar nuestra postura.
Acerca de las sustancias químicas peligrosas:
El transporte e introducción en el ambiente de grandes cantidades de sustancias químicas de alta toxicidad , tales como sales de cianuro, explosivos de diferentes clases, sales de plomo como el litargirio, es característico de la megaminería. Si bien otras actividades humanas también utilizan ciertas cantidades de estos elementos en su desarrollo, es en la megaminería donde su uso por unidad de superficie y por unidad de tiempo es de las más elevadas.
Una vez introducidas en el ambiente, no existe ningún procedimiento de probada eficacia que garantice que no quedarán residuos tóxicos en los suelos, el agua o el aire ya que muchos de ellos han fracasado en diversos sitios del mundo, y otros aún no han sido suficientemente testeados.
Acerca del Drenaje Acido de Minas y la liberación de metales pesados:
Este problema es de gran relevancia pues la actividad de la megaminería, sea esta en forma de galerías o a tajo abierto, implica la voladura de grandes volúmenes de roca virgen, su fragmentación y la pulverización de cierto porcentaje para el proceso de lixiviación. Sea cual fuere su exacto volumen y técnica extractiva, no existe otro método que el de movilizar inmensas masas rocosas fragmentadas , que una vez expuestas al aire, la luz y la humedad ambiente indefectiblemente van liberando sustancias que de por sí contiene, tales como el arsénico, el cadmio, el talio…etc. Esta liberación se acelera enormemente cuando las características de la roca permiten la formación de ácidos, en especial azufrados, que terminan drenando flujos de agua hacia las napas subterráneas y escorrentías superficiales contaminados con esos metales pesados. Es destacable que los tóxicos de este tipo producen daño acumulativo, por lo que la salud se podría ver afectada no en lo inmediato, sino cuando los niños expuestos sean ya adultos. Como dato importante señalamos que los informes técnicos revelan la presencia de altas concentraciones de compuestos arsenicales en la roca del cordón Esquel, así como en muchos otros macizos montañosos de la provincia, por lo que se dá por descontado que esos compuestos se liberarán al ambiente de llevarse adelante la actividad. Los daños a la salud que provoca la incorporación de estos metales pesados al organismo, en especial aquellos en pleno crecimiento y desarrollo, son tantos y tan conocidos por la historia actual y pasada de la medicina, que nos eximen de enumerar las patologías de la que son causa o factor de riesgo, y que constan en cualquier texto de toxicología médica.